El árnica aparece en las praderas y los brezales de media montaña, en suelos ácidos, regados regularmente, pero con buen drenaje. Popular por sus virtudes medicinales, desde hace varios años es objeto de investigaciones para su cultivo. Dentro del Parque Natural Regional de los Pirineos Catalanes se está explorando una vía complementaria: favorecer su proliferación en su hábitat natural. El árnica es una de las llamadas plantas pioneras, lo que significa que crece bien en suelo desnudo. El parque, en colaboración con agricultores, cazadores, recolectores, municipios y laboratorios que trabajan en la zona de Puymorens, lanzó una experiencia de apertura de entornos forestales mediante el desbroce, la quema y la tala para comprobar el impacto de este trabajo en la población de árnica. Se realiza un seguimiento de todo el ecosistema para medir globalmente el impacto de este trabajo.
En 2024, las zonas desbrozadas en 2022 resultaron significativamente más ricas en flores de árnica que las zonas no desbrozadas. Las principales hipótesis son que el árnica se beneficia de un aporte de materia orgánica gracias a la trituración y/o que el árnica detecta la presencia de suelo desnudo favorable a su dispersión por semillas.
El seguimiento continuará, en particular en las zonas desbrozadas en 2023, y también para explorar formas de mantener esta apertura del entorno natural/forestal mediante el pastoreo.